El señor de las moscas (Esto no es hacer teatro)

Durante el curso 2023-2024, la dramaturga y directora Eu Manzanares ha trabajado con un grupo de alumnos de 2º de ESO del Institut Sants el proceso de creación de un espectáculo, que lleva por título El señor de las moscas ( Esto no se hizo de teatro). La obra es una versión libre –muy libre– de la conocida novela de W. Golding, adaptada a los alumnos con los que Eu Manzanares ha trabajado este año.

PRESENTACIÓN

Un grupo de alumnos de segundo de ESO se han apuntado a un proyecto para realizar una obra de teatro. Lo que no se imaginan -o no han entendido- es eso: que deben hacerlo. Desde cero. Imaginarla, crearla y, lo peor, ESCRIBIRLA. Y eso, claro… No, éste no era el plan. A partir de ahí, frustración, decepción, desidia. Todo mal. Y los ánimos se calientan. Las tensiones se mastican. Los desencuentros aumentan. El conflicto se respira. El fervor de la adolescencia riega este campo de emociones intensas y, a menudo, incontrolables. Unas personas que apenas han dejado de ser criaturas pero que todavía están lejos de la adultez. Y deben organizarse. Y tomar decisiones. Sin embargo. Como en esa novela… ¿Cómo se llamaba? Nosequé de las moscas… ¿No?

Ésta es una historia basada en hechos reales. Todo parecido con la realidad, es «pura coincidencia».

Desde el principio, incluso antes de empezar, concebí este proyecto como un proceso de investigación a partir de las inquietudes y la realidad del grupo. Me parecía muy emocionante y estimulante, y sentía que podía ser una experiencia muy estimulante y enriquecedora para todas las partes. El primer golpe de realidad fue evidente: lo que el alumnado esperaba del proyecto era, de entrada, muy distinto al proceso creativo que yo les proponía. De hecho, en eso consistía la cosa, ¿no? Al compartir con los niños los «secretos» de mi forma de crear. Después de todo un primer trimestre lleno de resistencias y obstáculos, haciendo ejercicios para conocernos, intentando reflexionar sobre miedos, deseos, etc., me di cuenta de algo muy importante: si el teatro es conflicto, el obra estaba allí mismo. Estaba sucediendo cada martes por la mañana, de 11:30 ha 13:30 h, delante de mis ojos. Entre ese manojo de emociones todavía demasiado desbordantes como para saber gestionarlas, en una edad tan cabrona como la adolescencia. Las sesiones rara vez han estado exentas de tensiones, peleas o enfrentamientos. A veces más intensas, otras más sutiles. Al fin y al cabo, crear una obra de teatro comporta construir todo un universo, unos códigos y unas normas -formales, prácticas e ideológicas- que deben ser puestas en común y aceptadas por todos. Sólo así funciona bien y todo el mundo se siente a gusto. Pero si ponerse de acuerdo ya es de por sí una tarea muy complicada para nosotros, las personas adultas, ¿cómo no debe serlo para esta «chavalada»? Todo esto me acabó conduciendo a una de las grandes obras de la literatura universal: El señor de las moscas de William Golding. Así que, cogiendo algunos de los materiales que habían surgido en algunas sesiones y con observación y escucha del grupo, he hecho una adaptación, muy libre y repleta de metateatralidad, de la obra de Golding, donde el auténtico protagonismo no lo tienen personajes de ficción sino ese grupo concreto de alumnos, con sus nombres, carácter y forma de expresarse.

Eu Manzanares