M’hauríeu de pagar

Sinopsis

Tres monólogos sobre la soledad.

Ella es guía de arte. Ante un grupo de visita en un museo, empezará a brotar palabras. Y tendrá una revelación.

Él es un joven que se ofrece para satisfacer fantasías y que nos querrá hablar de su vida para que lo conozcamos mejor. Y tendrá una revelación.

El hijo es un músico que nos ha reunido porque, a pesar de sus condiciones médicas, nos quiere tocar una pieza en el piano. Y es que ha tenido una revelación.

Presentación

M’hauríeu de pagar. El qué.
M’hauríeu de pagar es la historia de tres voces, de tres personajes, de tres revelaciones. Una revelación puede tener un origen divino, podría ser aquel hecho comunicativo en qué Dios se manifiesta a alguien. Pero desde un punto de vista más prosaico, una revelación es cuando se te manifiesta algo que quedaba opaco. Muchas veces, si no se habla en voz alta, si no se comunican palabras a los demás, si no se tiene compañía, este aprendizaje se mantiene en la ignorancia. De aquí que estos tres personajes necesiten revelarse ante alguien -vosotros- a pesar de ellos mismos. Más que nada para huir de su soledad. Que tienen muy presente.

M’hauríeu de pagar. El cómo.
M’hauríeu de pagar responde a una escritura libre, libre de puntuación para empezar. Poco a poco, esta escritura acontece más consciente. Pero divaga. Se pierde. Se reencuentra en planos de comunicación y de significación diferentes para transformarse finalmente en música. Sin ser escritura automática, puesto que tiene mucha elaboración, he querido jugar con los límites del personaje-voz, precisamente para trabajar sobre las respiraciones y las revelaciones que las palabras puedan contener.

M’hauríeu de pagar. El porqué.
Escribí M’hauríeu de pagar por un impulso y porque quería hablar de arte, de niñez, de recuerdos, de sexo, de pieles, de desplazamientos, de saberse heredero, de educación familiar, de individualismos, de aquello que no entendemos, de verdades, de fe, de aquello que somos, de fragilidades y de aquello que es ser ser humano. De carnes. Shakespeare decía que estamos hechos de la materia que están hechos los sueños. A M’hauríeu de pagar podríamos decir que estamos hechos de una materia que se llama soledad. Creo que somos a partir de nuestras soledades. Y de la herencia. Y de la vivencia.

Jordi Prat i Coll