Motor i veu

En Barcelona hay 7.000 coches por kilómetro cuadrado (en Madrid, 3.000; en París, 1.500 y en Londres, 1.200). Cada coche transporta 1,2 personas de media. Un coche cualquiera pesa alrededor de una tonelada. Una tonelada equivale a 500 sacos de patatas de 2 kg.

Si tenemos en cuenta estas premisas, la estampa es bastante gráfica: miles de personas circulan solas a diario por nuestra ciudad con 500 sacos de patatas en la espalda. Esta comparación puede parecer ridícula, pero si pensamos, además, en la energía necesaria para desplazar (acelerar, frenar, volver a acelerar…) estos 500 sacos, más los 40 kg. que equivale nuestro cuerpo, se nos puede poner la piel de gallina.

No hace falta ser un activista para darse cuenta de las contradicciones que supone el uso del coche privado en las grandes ciudades, como tampoco hay que ser un conductor acérrimo para identificarse con el protagonista de esta obra. Todos nosotros podríamos ser -¡la gran mayoría hemos sido!- víctimas de un día como el que le tocará vivir a Mario. Un día malo lo puede tener cualquiera, faltaría más… El problema es cuando ese día deja de ser excepción y se convierte en la rutina de todos los días. Y el problema, más de fondo, es cuando ya no nos damos cuenta de que tenemos un problema y permitimos ir consolidándonos como víctimas, al tiempo que verdugos, de esta cruda y evitable realidad.

Y es que… no se puede ir por la vida arriba y abajo con 500 sacos de patatas a la espalda (así…, porque sí) y pensar que nos saldrá gratis.

Andreu Rifé