El rugit de la Via Làctia y La Peppa Pig pren consciència de ser una porqueta
El universo retumba, la tierra vibra y nadie despega.
Kim Jong-un, líder supremo de la República Democrática Popular de Corea, está estupefacto frente a las dificultades para llevar a cabo la reunificación con Corea del Sur; el expresidente Donald Trump se siente desengañado con el mundo tras comprobar lo difícil que es ayudar a gente con dificultades; una mujer furiosa, candidata a la Cancillería alemana, se dispone a salvar la socialdemocracia y un Bonn Park atrapado en un cuerpo de niña de once años se muestra cabreado con el futuro.
Estos son algunos de los protagonistas de El rugit de la Via Làctia, una obra en la que las personas, a veces malas y desagradables, intentan hacer cosas, grandes cosas, por pura ingenuidad con el objetivo de dar la bienvenida a un momento en que ya nadie hace cosas, sobre todo los que tienen talento y son unos privilegiados.
La Peppa Pig pren consciència de ser una porqueta es una colección de escenas sobre la relación entre la pedagogía y el espectáculo, en particular sobre la influencia que la televisión ejerce en el imaginario común de los más pequeños mediante las retransmisiones dedicadas a niños y niñas, la programación de los dibujos animados y, en general, las narraciones que pertenecen al universo del niño y que afectan su visión del mundo. Pasaremos, por ejemplo, de una re-lectura pos-moderna de Cenicienta a las estrategias de marketing de Peppa Pig y de una investigación socio-económica sobre las condiciones laborales de Oliver y Benji a los modelos educativos del socialismo utópico francés del siglo XIX. De este modo, investigaremos las pautas ideológicas de la mentalidad capitalista y sus influencias a la hora de formar, desde la niñez, productores y consumidores perfectamente integrados en una economía de mercado.
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