Salón primavera

PRESENTACIÓ

En Salón Primavera cinco náufragos se encuentran en un viejo salón de baile, también a punto del naufragio… Un salón que en su historia por el siglo XX albergó un cine, un burdel de altos vuelos, un hospital de guerra, una cárcel de represión franquista, la Casa de Aragón, un bingo setentero y un atelier de pintores post-impresionista.
La Dueña de este decadente salón es el alma de este espacio, que albergó los más glamourosos sueños; también está la Camarera, escudera y contramaestre fiel, pero con un pie hundido en la realidad; la Clienta es capaz de matar por bailar un tango con cualquiera en la penumbra rojiza del salón; el Alcalde Santos Santos es el representante político del solar ibérico, y el Portero llega buscando desesperadamente un trabajo… Estos cinco personajes, en su naufragio, se transmutan y encarnan distintos personajes que ocuparon en otro tiempo este hábitat, este salón donde se oyen voces y ecos y la ruleta de la fortuna y el infortunio.

SOBRE L’OBRA

Cunillé y Zarzoso, los autores de Salón Primavera, nos cogen de la mano, abren la puerta del Salón y nos llevan de viaje espacio-temporal, algo que siempre me ha fascinado del teatro. Allí se concentra todo nuestro desastroso siglo XX, desde la Guerra Civil hasta la depravación urbanística de la actualidad: todo ello lo pagamos ahora, todavía, en el siglo XXI.

En aquel salón los fantasmas que toman cuerpo van cambiando de identidad para ser, más o menos, siempre los mismos. Y conforme avanzan en el tiempo, ganan en patetismo y provocan mayor hilaridad. Conforme se acerca a los tiempos actuales, su ridiculez es mayor, su desesperación creciente, sus cantos de cisnes más dolorosos, por cercanos a nosotros, porque se parecen cada vez más a nosotros.

Llegados a este punto, el teatro es capaz de crear espacios mentales, lugares a los que volver sin ser materiales. Y en mi cabeza ahora, la Hongaresa y las Perricas han construido un salón de baile… un hospital en medio de una guerra, un burdel, un cine, un salón de baile, una prisión, una sede anarquista, una casa de Aragón, un bingo… Y por allí deambularán siempre hermosas camareras anarquistas, sufragistas sacrificadas en bailes primaverales, políticos y reyes de relumbrón, madames escapadas del Far West o de una pantalla de cine mudo zarzuelero y budistas aragoneses en una continua trasmigración de su alma turbada. Todo parece un disparate porque lo es, porque nuestro pasado y nuestro presente lo son, un completo disparate, tan humano y real, tan desternillante y dramático. Y eso, señores y señoras, es el teatro. Pásense por el Salón Primavera, se desconocerán un poco para quererse conocer después. Sus almas transmigrarán por debajo de la piel de todos los personajes y saldrá de allí con una sonrisa poderosa con la que seguir luchando contra esta fastidiosa realidad.

Xavier Puchades